Nuevamente has encontrado el espacio para estar junto a mí, incluso a pesar de lo drástico que ha sido el tiempo.
Tal vez nuestras acciones quedaron en las palabras de un soñador ideal, fue tan complicado el revelarse al sentimiento.
Tú me perdiste la paciencia y te escabulliste en otros brazos.
Yo seguía preguntándome si podría ser real un "nosotros".
El tiempo fue el mismo para ambos, sin embargo, habían cambios que conocerse y ese día llegaría.
Apenas comprendía el frenesí que surgió en mi corazón,el recuerdo tuyo fue el ideal insuperable que llegaba a convencer a mi razón que éramos reales y el sentimiento existía. Así fue como supe de tu determinación engañosa ,creíble para muchos por ser parte del estándar.
Ayer mientras viajaba en taxi escuché la nota musical que me hizo recordar la noche de la noticia ambivalente de emociones , me llevo a recordar el inicio y fin de nuestra crónica. Al llegar a esta parte no pude evitar sentir el estrujón en mi pecho. Una vez más el recordarte causó el quiebre de mi voz. Entonces el taxista preguntó : ¿Le pasa algo señorita, está bien? - Asentí con la cabeza y volteó poco convencido.
En el trabajo he sido optimista porque un amigo dijo que uno mismo se pone los límites,sospecho que también escuchaste el mismo consejo y lo aplicaste poniendo límites que yo no sobrepasaré. No porque no pueda, sino no querré hacerlo.
Olvidaste que tengo códigos.
Entre conversaciones y una que otra visita fugaz terminé agotada refugiándome en las sábanas que no conociste ni lo harás. Sin pensarlo ni quererlo he dado contigo con el tiempo vuelto atrás.
Reconocías mis sentimientos y lejos de presumir de ellos lo guardabas con cautela, no dejabas que caminara sola. Nuestras miradas estaban más conectadas que antes, sabíamos los temas tratados pues sólo volvimos a corregir lo que hicimos en el espacio que nos perdimos de vista, y qué mejor que volviendo a las aulas, donde todo comenzó con una invasión.
Me preguntaba cómo ocurrió,estaba tan nerviosa que al escucharte hablar mis cosas cayeron al suelo.
Fue el deseo hecho realidad para mí, la segunda oportunidad para ti.
No nos perderíamos más decían tus labios, tus ojos aseguraban que conocían la tersura de mi piel más que aquellas sábanas en las que dormía noche a noche con el propósito de olvidarte.
Te sentaste al lado mío, tomaste mis manos diciendo : ¿Comenzamos otra vez?
La calma volvió a mi alma.
El móvil hizo lo propio, despertarme.
Comienzo este día de elecciones pensando que así debió ser el final para una memoria ideal.
Tal vez nuestras acciones quedaron en las palabras de un soñador ideal, fue tan complicado el revelarse al sentimiento.
Tú me perdiste la paciencia y te escabulliste en otros brazos.
Yo seguía preguntándome si podría ser real un "nosotros".
El tiempo fue el mismo para ambos, sin embargo, habían cambios que conocerse y ese día llegaría.
Apenas comprendía el frenesí que surgió en mi corazón,el recuerdo tuyo fue el ideal insuperable que llegaba a convencer a mi razón que éramos reales y el sentimiento existía. Así fue como supe de tu determinación engañosa ,creíble para muchos por ser parte del estándar.
Ayer mientras viajaba en taxi escuché la nota musical que me hizo recordar la noche de la noticia ambivalente de emociones , me llevo a recordar el inicio y fin de nuestra crónica. Al llegar a esta parte no pude evitar sentir el estrujón en mi pecho. Una vez más el recordarte causó el quiebre de mi voz. Entonces el taxista preguntó : ¿Le pasa algo señorita, está bien? - Asentí con la cabeza y volteó poco convencido.
En el trabajo he sido optimista porque un amigo dijo que uno mismo se pone los límites,sospecho que también escuchaste el mismo consejo y lo aplicaste poniendo límites que yo no sobrepasaré. No porque no pueda, sino no querré hacerlo.
Olvidaste que tengo códigos.
Entre conversaciones y una que otra visita fugaz terminé agotada refugiándome en las sábanas que no conociste ni lo harás. Sin pensarlo ni quererlo he dado contigo con el tiempo vuelto atrás.
Reconocías mis sentimientos y lejos de presumir de ellos lo guardabas con cautela, no dejabas que caminara sola. Nuestras miradas estaban más conectadas que antes, sabíamos los temas tratados pues sólo volvimos a corregir lo que hicimos en el espacio que nos perdimos de vista, y qué mejor que volviendo a las aulas, donde todo comenzó con una invasión.
Me preguntaba cómo ocurrió,estaba tan nerviosa que al escucharte hablar mis cosas cayeron al suelo.
Fue el deseo hecho realidad para mí, la segunda oportunidad para ti.
No nos perderíamos más decían tus labios, tus ojos aseguraban que conocían la tersura de mi piel más que aquellas sábanas en las que dormía noche a noche con el propósito de olvidarte.
Te sentaste al lado mío, tomaste mis manos diciendo : ¿Comenzamos otra vez?
La calma volvió a mi alma.
El móvil hizo lo propio, despertarme.
Comienzo este día de elecciones pensando que así debió ser el final para una memoria ideal.