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miércoles, noviembre 07, 2012

Renace

Era las 3:30pm aproximadamente cuando nací. Fue un 19 de Abril de 1989 (Miércoles) en quién sabe dónde realmente. Creo ser, por lo indagado, de la Selva inicialmente con ligera transición en la Sierra y estancamiento en la Costa.

Mis dos primeros años los recuerdo en neblinas  Entre esa neblina recuerdo que una vez papá le propinaba un golpe a mi madre y reconocí la sangre cayendo de la nariz de ella. Iba yo en medio de ambos,cada quien jalándome para su lado, de brazo a brazo. Al darse esta situación mi padre sorprendido por su acto me soltó y fue entonces que ella tomó las cosas que ya tenía listas y se marchó llevándome a prisa lejos de él.

Recuerdo que el señor que nos arrendaba la casa era cristiano y trató de apaciguar la situación mas no se pudo. No hubo fe, no hubo tiempo ni amor suficiente para que ellos se quedaran juntos arreglando sus diferencias. Lo lógico y muy difícil sería que yo me quedara con ella desde aquel día ,pero no había posibilidad de que una adolescente o ya casi jovencita supiera cuidar de una niña por cierto muy enfermiza,desde entonces ya causaba molestias en la vida de ella.

Me dejó a cargo de mi abuelita paternal en Junín, digo abuelita porque abuela suena muy frío a mi parecer y aunque sea poco el amor que le guarde, a la fecha mi gratitud  es grande por sus palabras y ciertos valores que me ha enseñado en nuestra corta convivencia; por ello prefiero llamarla así: Abuelita.

De esta etapa recuerdo que en una ocasión perdimos unos cubiertos o mejor dicho jugando mis tíos (hermanos de mi papá aún niños o adolescentes) olvidaron volverlos a su sitio.

 Al regresar del campo o chacra como le decíamos allá, ella necesitaba los cubiertos y comenzó a llamarnos de uno en uno preguntándonos ¿Dónde estaban los cubiertos?- Yo no tenía idea, no recordaba y es más ni participaba del juego. - Siempre he sido silenciosa y creaba mi propio espacio.En aquel entonces detrás de la casa había como una especie de charco que siempre estaba mojado. Yo cogía el barro de ahí y moldeaba unas ollitas, platitos o pajaritos,cosas de niña que con el poco talento podía realizarlas. Sin embargo, si había visto que mis tíos jugaban a cocinar con la sartén y llevaron los utensilios a sus cuartos para el momento del banquete. Ellos eran mis mayores y les tenía cierto temor o no sé si llamarle respeto, pues consideraba que lo que hacían era correcto.

Al momento del interrogatorio personal no dije nada. No delaté a nadie, pero ellos si dejaron que mi abuelita creyerá que por ser la menor de los "niños" sea la que los perdió en medio del juego. Bueno, mi abuelita ordenó que se buscara de rincón a rincón los preciados objetos, que no eran nuestros sino del dueño que nos arrendaba la casa. - Esto también lo supe de adolescente pues en esa etapa estaba  convencida que era la casa de mi abuelita y que ese señor de test muy blanca nos venía a visitar como buena persona de vez en vez. Ese señor era el dueño de la casa, su nombre era o es (por si vive aún) Oscar quien venía de vez en cuándo a cobrar la mensualidad del alquiler y ver que todas sus cosas estén en buen estado.

La búsqueda terminó y no hallamos ningún objeto , y fue el momento en que mi abuelita dijo : "Fórmense de menor a mayor" Fiel a la ingenuidad de niños obedecimos. Mi abuelita cogió el cuchillo grande, el único que teníamos creo, cuya característica principal era tener más grande el mango de madera que el área de metal. Ella lo cogió por el lado del metal, pidió mi mano (ambas) y fue contando de 1 al 10 mientras iba cayendo el mango de madera sobre mi palma(lado de las uñas). 10 por cada una y cada siguiente golpe  dolía más que el anterior. Recuerdo que lloraba y me decía o pensaba "Yo no he visto nada, no estoy segura de quien pudo haber sido, no puedo afirmar nada; son mis mayores".

En medio del llanto mi abuelita comenzó a hablar "No debes mentir, no debes robar, no debes hacer daño a nadie. No tiene que perderse nada de tu casa porque Dios todo lo ve y él sabe cuando mientes"

Terminando aquella escena fui hacia mi charco y ya mis implementos de cocina estaban secos. Me quedé ahí hasta terminar con la última lágrima. Recordaba a mi mamá y no me gustaba que me vean llorar. Luego cenamos, mis tíos se consolaron entre sí. A la hora de ir a dormir destaparon sus camas y Oh sorpresa! "Ahí estaban los cubiertos buscados". Sigilosamente lo volvieron a su sitio, nadie dijo nada. Mi abuelita al día siguiente creyó que hemos aprendido la lección y tampoco dijo más. Espero no haberse quedado con la idea de que yo era la sospechosa principal.

Pasado dos años,  mi mamá vino de visita . Ella estaba muy cambiada, olía muy rico y su cabello estaba bien cuidado, muy bonita como hasta ahora. Vestía bien a diferencia de nosotros. Decidió llevarme de paseo, y no recuerdo bien dónde es que nos encontramos con un tipo que ella conocía. Este tipo en el futuro llegó a ser mi padrastro. Con él salimos a la ciudad, comimos, paseamos por algunos sitios , nos tomamos fotos que ahora me gustaría quemarlas de no ser porque son la única evidencia de que alguna vez fui niña. Tonta pero niña.

En su segunda visita mi mamá le dijo a mi abuelita que me llevaría de paseo nuevamente, que por la tarde me traería. Recién en esta visita  mi mamá presentó al tipo como pareja (No estoy segura si ella fue clara por los eventos futuros que se  dieron) . Yo tenía un juguete de un perrito que lo llevaba como amuleto no me dieron tiempo de llevarlo al paseo como la anterior vez. Salimos, efectivamente paseamos , comimos, algunas fotos (creo) y supongo me quedé dormida cuando terminó el día.

Al despertar la mañana siguiente me encontraba en otro lugar. Costa, Lima para ser exactos.
Estaría con mamá y ello me hacía feliz, estaba con ella y no importaba más. Dejé que mi niñez aflore. No hablaba mucho, era muy obediente casi casi al pie de la letra y eso parecía gustarle a los adultos que me halagaban a veces y otras me daban pequeños regalitos que para mí era como ganarse El Oscar (Ejemplo) Los cuidaba como tal. Si era ropa me daba pena usarlo, si era peluche le ponía nombre, le hablaba y contaba historias, si era un cena me ponía rezar pidiendo porque haya también para mis hermanos pobres, tal como me habían educado los domingos de catequesis o escuela dominical. Me encontraba viviendo con mi mamá en la casa donde ella trabajaba.

La dueña  de aquella casa era muy amable, le llamaba "Mamá Elsita" pues siempre se preocupaba por mi y le encantaban los animales. Ella tenía dos perritos y un gato. Los perritos eran "Charly" y "Batuque", el gato "Hilberto". A los tres les engreía, les daba su alimento, los cuidaba como a hijos. Charly era más amistoso y por ende el favorito. La nobleza de ésta señora era notoria pues por las tardes sacaba a pasear a sus mascotas y llevaba comida para dárselo a los animales que no tenían dueño. Presionaba de cierta forma a mi mamá para que cocinará sopa de hígado que yo creía era para nosotros hasta que la acompañé una tarde al parque y pude ver lo que hacía con esa comida.

Me sentía bien a su lado y qué mejor si mamá estaba ahí viendo lo que yo aprendía. Mamá Elsita decía por las mañanas "¿Ya le has dado su leche?" y por las tardes " ¿Ya está lista la sopa? " y mi mamá respondía "Sí, ya estoy haciéndolo" o "ya le di" o "falta poco". Se refería a mí, que me trataba con especial Cariño. Me encantaba ver a mamá Elsita , estoy muy agradecida con ella.

Pasaron los meses y como es la vida tenía que haber cambios, uno busca su independencia o dejar huella en el mundo.
Mamá decidió renunciar al trabajo e iniciar una vida de pareja. A mí no parecía importarme ello, pues me bastaba tenerla cerca viéndola alegre. Esta etapa de alegría fue cubierta con el tiempo por lágrimas,fuertes reyertas de todo tipo, pena, dolor y mucho, mucho silencio. Fui testigo de lo que a los 10 años descubriría el nombre o su no normalidad conocido como Violencia Familiar. De familia o parentesco sanguíneo yo sólo la tenía a ella, pero ella le consideraba familia a su agresor más que a mí. Esto no es nada de que sorprenderse, y si no lo callo es porque pasado los años esta esclavitud enfermiza la persigue y espero algún día sea capaz de renunciar a ella.
Yo no puedo rescatarla ni a la buena ni a la mala. Esa es mi pena constante, es el motivo de mis silencios y lo es también para despertar mi ira o cólera en situación similar que pueda presentarse.

Es así, que decidí marcharme un día que llegué al límite y dejé el silencio bien enseñado para salvarla según yo, mas tarde me di cuenta que en realidad sirvió para alejarme de ella o conocer sus prioridades.

Con los 15 a cuestas marché de casa por primera vez. El destino fue La Punta.
Me pasé noches en lágrimas incontrolables y a pesar de saberlo una pequeña de 6 años me conversaba secando el llanto diciéndome: "Todo va a pasar, tenemos historias similares..." Conocí a muchas niñas y adolescentes con historias tristemente similares, con la mentalidad no en muñecas o paseos, sino con la tramitación de papeles y el ideal de una familia común y corriente que te quiera por sobretodo. Una noche vino a mí la pequeña Katty sollozando y me contó su historia completa. Me pidió que si salía primero que venga por ella y le respondí con un gesto de afirmación.Nos abrazamos y quedamos dormidas.

Llegó el día de salir, de pronto un familiar de provincia había decidido acogerme en su casa. Con la mente en Katty acepté el trato , ya cuando descubrí la treta judicial decidí volver a la ciudad, estudiar y ser profesional para poder volver por ella. Tenía que aguantar la hipocresía para lograrlo, sin embargo no pude callar o involucrarme y reaccionaba mal para los demás. Creo que entonces deje el papel de la hija ideal y me convertí en lo que no se debe ser. No caí en drogas ni enamorados que me llevaban a fiestas ni amigos malandrines. Caí en el enojo, la tristeza y rencor, mucho rencor por lo que habían hecho y callaban, sólo callaban. Conocí la malicia de la gente, la corrupción, la inexistencia de ética en abogados y de lo cegador que puede ser el "Amor". Es así que caminaba desconfiada de todos,sólo pensando que en La Punta había alguien esperando mi regreso,y junto a ella otras chicas cuya historia debía de cambiar para bien.  No regresé ni de visita, mamá no quiso darme la dirección. No podía volver a pedirla a los medios legales porque era menor de edad.
16 años, fue la primera promesa rota.

Estudié mucho en el colegio, como siempre era mi mejor escapatoria a mi realidad "hogareña" ahora ya con la cartas sobre la mesa, sin que mamá o alguien pueda engañarme. Estaba en la academia preparándome para la universidad por las noches.Primeros puestos desde 2do año de secundaria, el 2do puesto en 1ero de secundaria. Fui brigadier general en 5to,tenía reconocimiento en concursos de letras y otros. Todo lo que un padre o madre quisiera de su hijo,pero esta noticia lo sabían mis compañeros y yo. Se enteraron los familiares de la pareja de mi mamá porque sus hijos entraron al mismo colegio y se dieron con la sorpresa. Me tomaron por maestra y fue cuando una familia ajena me cayó bien, les tuve especial cariño con el tiempo,pero sabía que los lazos de sangre algún día nos separarían y así sucedió. A la fecha, sabemos que estamos vivos y eso es suficiente al parecer, me gustaría tratar más pero no es posible por la coyuntura familiar. Mamá quiso hurgar en mi vida por compromiso que por gusto, se notaba su diplomacia. Ya no le permití el ingreso. Cada noche lloraba de impotencia porque mas que poder no debía ceder pues lo confundiría con aceptación de lo que hacía.

No fuimos antes amigas, pues ella lo miraba todo trabajo y más trabajo. Al punto que descuidaba su salud mientras el fulano "pareja" tendido en cama, rascándose la panza y de vez en vez con su trabajos provisionales. Junto a mí había otra adolescente como testigo silencioso también, que con el tiempo se enamoró y se liberó del calvario de alguna forma. Quizá no  la más adecuada pero logró salir del infierno ilesa y es más con privilegios de parte del holgazán (Eso lo supe años después).
El trato amical o el de madre e hija se hizo imposible porque su pareja hizo daño irreparable a tres personas y ella lo sabía o lo supo por mí, mas no hizo ni hace nada en la actualidad.

¿Que si me enamoré? sí lo hice pero eso será parte de otra narración junto a detalles que no se han publicado por protección a mi "familia". Digamos que este es el argumento del libro que si alcanza la vida publicaré algún día, no con fines lucrativos que ya me han sugerido, sino con los fines constructivos y de cambios para bien, de decisión firme en mantener lejos lo nocivo sin caer en la impunidad sugerido por una sociedad machista todavía y de miles de prejuicios a cuestas.

Durante la etapa de niñez desde que vine a Lima he tenido un gusto especial por escribir las experiencias de una persona, no necesariamente mías, pero en su mayoría lo son en casi todo el blog.
Ojo: Digo CASI.

Actualmente tengo 23 años, estudio Ciencias de La Comunicación en una universidad nueva, me he trasladado hace un par de meses. Este traslado o casi todo lo que hago y seguro lo que hacen ustedes tiene historia. Me gustaría saber la de ustedes si se presenta la oportunidad.

No soy alumna regular, tengo dosis de depresión que un colega no sabe interpretar, mi enamorado renunció al caso, mi mamá sigue sumergida en el infierno con leve esperanza de salir, tengo un padre adoptivo que no merezco porque es muy buena onda y con mis achaques depresivos y desconfianza por lo todo lo pasado no puedo corresponderle como hija buena. Lo quiero y valoro mucho,pero no me quiero confiar demasiado.
Mi mejor amigo a pesar de estudiar psicología no me puede comprender a veces, y soy yo quien termina dándole terapia por así decirlo. En mi trabajo tengo compañeros amables e inteligentes y uno que otro participante de la amistad que al conocerme o tratarme terminan llamándome Rara. Antes molestaba un poco,pero ahora me da risa cuando lo escucho.

Es por eso que llamé a este blog con la terminación Complejo, porque la que escribe es compleja y me auguro soledad en la vejez (Si es que llego claro)
Renace ahora la chica que estuvo a punto de dejar la escritura para acabar con su vida. Aunque haya oído que el talento se esfuma, eh aquí mi respuesta :)

Abrazos.



                                                                                                                       Nisha La Escritora



Pequeños recuerdos de la vida hasta hoy.


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