Desde que no estás el bus ya no desvía su camino, se me acorta el viaje, se precipita la esperanza.
Mis cabellos han dejado de juguetear con el aire, se han sujeto del carmín en su locura por encontrarte.
Aquel parque me pide explicaciones que no sé dar.
Falta parte de mi historia y es que te la has llevado sin completar el final feliz.
No hay amigos ni enemigos, sólo una chica caminando entre los árboles, arrastrando esos minutos que han pasado a tu lado.
No hay ojos tiernamente preguntones que mirar, me acompaña la oscurecida ventana del olvido.
Sin esos labios entre dientes se ha dado muerte a las palabras y ha despertado la nostalgia con sus hábitos dorados.
Ya no hay sueños ni promesas en las sábanas, sólo dos sujetos que juegan al amor anillado.
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