Si confieso a gran voz que no disfruto lavar los trastes del hogar y mucho menos los ajenos, algunos se atreven a llamarme floja y otros adjetivos machistas inclusive, pero tú mi amado compañero sonríes y luego observas cómo esa chica floja te exige poner la basura en su lugar. La que prefiere limpiar todo con lejía y luego complementar con aromas suaves. Esa señorita que traza el destino de cada objeto llegado a casa es la que va a tu lado.
A veces te haces el ciego y das por sentado que dormiré todo el día porque me gustan los gatos, ni terminas el pensamiento y ya me ves jalándote las sábanas informándote que ya es de día y hay que abrir las ventanas.
Soy la que hace chillar a la tetera algunas mañanas,la que observa por el tragaluz a esos pajaritos enamoradores de aquel arbolito,la que disfruta ponerse tus polos porque me quedan como vestidos, la que no puede dormir sin abrazarte,la que escribe mientras duermes, la que te recuerda que eres importante cada día porque sabes hablar con el corazón por encima del enojo y el orgullo. Sabes que puedo ser y hacer más, siempre que haya miel en tu hablar como proceder.
¿Realmente soy feminista?
No creo serlo, simplemente disfruto la existencia de la cortesía, el buen hablar, la buena comida, el buen cine, etc etc.
Seré tu compañera de vida, y ese lugar no hay Galaxy ni tarjeta que lo ocupe (con eso digo mucho).