Es así la vida, un suspiro dedicado a personas,movimientos sociales o no, momentos de soledad o entre amigos. Así es mi vida: Observarte,descubrirte y descubrirme bajo las palabras exactas que definen nuestro coincidir,lazos y experiencias permitidas.
No quiero irme,tengo miedo después de mucho tiempo. Las lenguas hablarán hasta que no haya saliva, Aquí mi seguridad es como el papel sedita. No hay familias ni amigos,sólo extraños que sujetan su vida a la billetera del que pague más por corazones aún tiernos de esperanza y eternizan sus silencios. Cuándo acabará este relato dramático,cómico a veces y de escaso romanticismo. Por qué creer en el buen por venir,si cada peldaño se hace invisible sin finta ni clase en la vida. Hay de todo en ésta vida,dicen. Creo más que existen dos tipos: Una que lastima y la otra que es lastimada; si de personas hablamos claro está. No hay juntas sanas ni desinteresadas,todo es atado para el bien de uno solo.El otro acepta las reglas o desparece. Debes elegir, si puedes,a cuál pertenecer. Si optases por ir a la deriva,sin elección,terminarás en el primer grupo y terminarás creyendo que es el destino. Así te justificarás por las aberraciones que puedas hacer. Cómo escapar,cómo salvarse si la línea de ayuda amiga ha sido saturada, extinguida por el ardid de millones. Mentiras y más mentiras escuchadas y aplicadas al paso. Siento tirria,náuseas de las verdades armadas en base a pérfidas y bárbaras mentiras. Alguien toca mi corazón,siento un leve respiro de tranquilidad y ya pronto vuelve el llanto a mis ojos. ¿Aún se puede soñar aquí?
Para ti que me ves y lees mis escritos secretamente. Para ti que revisas cada creación mía como si de pronósticos se tratasen. Temes tanto a que te alcance alguna verdad y no comentas o dejas rastro para reconocerte,descubrirte tan sensible como las nubes que lloran ahora por aquellos que han muerto. Si supieres que bastaría una palabra o dos para levantarme más alegre y menos preocupada cada día. Si yo supiese de alguna forma que te hago bien y no soy la pérdida de tu tiempo,sino una columna más para que tus días sean positivos. Quizás así,mi estimado lector, no habría lunes que odiar y los domingos serían casi eternos. Si hablases, si escribieres,si me nombrases despierto o soñando,sin duda encontraría la salida a este laberinto tan depresivo como inhóspito. Podría aprender a nadar, a darle lucha a los tsunamis que desordenan y acomodan mis horas a su antojo.Descubriría el rostro de mi atacante nocturno y entonces ya no habrían meses muertos.
¿Qué has decidido? Mi ausencia no arreglará nada en tu corazón,sino sentirás vacío e incomprensión. Porque fui tu mejor argumento frente a la vida, Porque fui tu excusa para sonreír cada mañana, Porque cada huella en el camino eran tan tuyos como míos. ¿Qué has hecho? Tener una aventura que parece seria, sólo te hará recordarme más cada día. Sin mí no puedes diferenciar los colores de quien habla con sinceridad, Sin mí la inocencia ha sido prohibida para ti, Sin mí la estación de retorno a casa te ha de parecer más lejos. ¿Que has cambiado? Te veo igual, te siento igual, ¡Ey, mírame! Estoy aquí porque no has podido con la soledad en el corazón, Estoy aquí porque fuiste herido y en mis manos está el bálsamo que necesitas. Estoy aquí porque, aunque pretendas ponerlo en duda, me has extrañado. ¿Que no me conoces? Mi nombre está en tus labios tan sólo amanecer. Soy la que llevas tatuada en tu mente y pecho, Soy a quien tomaste por la cintura y le juraste protección, Soy quien advierte tus pesadillas, Soy el mejor de tus sueños. ¿Que no sientes nada? Dime entonces por qué te importa quién me habla o escribe si, según tú, ya renunciaste a este destino. Por qué me timbras al móvil y cuelgas al oír mi voz. Por qué llenas mis buzones con mensajes indirectos de amor. Por qué no le dices al mundo que me olvidaste y no te hago falta, sino más bien les mientes haciéndote el interesante. Mírame y dime lo que tus ojos ya revelaron, sólo eso hace falta para volver.
"Por qué no eres una chica normal", me dices en público al saber que me agradan en sobremanera los días sombríos. Los he elegido porque cuando se dan se presenta también la oportunidad de acurrucarse, disfrutar de una buena conversación acompañada con alguna bebida calentita, la misma que sabe mejor si al mirar por la ventana las gotas de lluvia van cayendo, cómplice de confesiones dolorosas que más tarde se hicieron motivo de alegría. Debiste preguntar el porqué en lugar de juzgarme por preferir el frío de invierno que la siempre ingrata alegría del verano. No quieres verme llorar y me pides que golpee tu rostro para menguar tus comentarios orientados al dolor, aquellos que rasgan silenciosamente mis recuerdos. Te miro y no puedo golpearte, a ti no, hecho a sonreír imaginando que ya lo hice y llevas la huella de mi mano estampada como sello de holograma. Prometes disculparte si me fallaras, sé que no haz de cumplir, tus ojos te delatan como el que se cree poseedor absoluto de la razón. Aún así espero ese llamado con las palabras que terminarán de borrar ese error. Estás al otro lado de la línea, con el tono de voz agitado,pretendiendo ser amenazante. No te temo, reconozco tu necesidad por verme y, si eso no se puede, por lo menos escucharme. Recuerdo bien las señas que hacías con los dedos para advertirme que estoy bajo tu resguardo, entonces ni ahora hacía falta esa protección, sólo comprensión y confianza. Nuestra corta relación se ve disuelta por tu carácter impasible, tu negativa para hablar mirándome a los ojos, tu inexperiencia para tratar lo complejo. Desde aquella mañana sólo cumplo mi promesa. No me verás aunque extrañe tu sonrisa y tentativas al corazón.
