Vete, porque al verte tus ojos me
confunden.
Vete, porque tu sola presencia invade mis emociones y pensamientos.
Vete, porque al escuchar tu voz me invades de alegría, la cual dura apenas segundos.
Vete, porque al escuchar tu voz me invades de alegría, la cual dura apenas segundos.
Sabemos que te irás y la alegría desaparecerá, te hará compañía en el camino.
Vete, porque despiertas nuevos sueños que en uno o dos minutos se disuelven al reconocer la realidad;
nuestra realidad inevitable.
Vete, porque perturbas todo.
Construyes y destruyes toda mi organización...
ya no eres la lira que esperaba.
Tus ojos son oscuros como lo es hoy mi transitar.
Sólo por favor, termina de irte.