Seguidores

sábado, agosto 27, 2011

Cartas

Cuántas mañanas de lluvia tendrán que pasar para tener nuevamente conmigo tu palpitar. Echo de menos hasta nuestras discusiones absurdas, tú pretendías ser mi juez y yo la abogada de lo ya perdido (a tu parecer: Simple ironía). Gotas de sosiego las que cubren mi rostro al caminar por las calles, ahora, muy heladas por tu ausencia provocada.


Se extraña el abrigo prestado y  no devuelto a tiempo. Siento debilidad lejos de ti y de tus consejos impartidos frente a cada miedo que notabas en mi mirar. El tono de voz taciturna en la primera llamada de sedación que pedía mi cuerpo junto con mi alma vapuleada al antojo de los que se supone me cuidarían a pesar de todo.Hablamos tantas ocasiones de soledad y de heridas. Tu postura tan fuerte  y decidida me hacía estimar la superación de mis temores al fin. Caminando entre nieblas que impiden ver mi camino,me doy cuenta que te extraño más de lo que ya  había imaginado.Antes que te fueras, publiqué un libro,quizá ya no importe mucho.Hablo de cómo te conocí y desarrollé esa imaginación que decías tan seguro,yo era dueña.

El bus tenía que partir y yo quedé entre llanto queriendo decirte: Te quiero,te amo,no te marches que aquí, como estamos,estamos bien.

Tantos años de lejanía y apenas descubro que jamás fui esa niña que creías inocente o tan prudente con su actuar.Si supieras las veces que me he equivocado desde que te has ido,segura estoy,que volverías inmediatamente.Si no es para protegerme,al menos para criticarme y luego darme el abrazo de tu comprensión. Tan joven iniciándose en la vida sentimental comprada por el orgullo de no saber quién soy. Tú, tan experimentado en la materia,a pesar de ello, albergabas temor de lastimarme o acelerar las cosas.

No hay sinceridad absoluta en lo que dije a tu última mirada frente a tu presencia ,a estas alturas,ya deberías saberlo.Sin embargo,quiero confirmártelo por este medio,pues en mis cartas no habitaba la mentira ni la cobardía.
Los centros comerciales ya no son tan entretenidos como antes que nos quedábamos hasta cerrarlos, me parecen ahora abandonados. Los carteles con la invitación constante de ingresar a verlos e invertir en ellos lo ganado al mes, el garaje hace creer seguridad para el auto que llevaste contigo. 

Muy arriba,el cielo, que oculta las casas  más buscadas y luchadas para bautizarse como hogar.No tenía idea de lo que fuera un hogar. No gustaba cocinar, lavar,planchar y salir de casa; fuiste tú quien me llevo tan lejos de la monotonía y tan cerca de la aventura constante; y como toda aventura, no podía faltar ese tramo de peligro.

Una tarde de mucho estudio en nuestro proyecto descubrí tu dolor oculto,traté de acercarme ,pero me hiciste a un lado.Tus ojos eran los más rojos que pude ver en un hombre, incluso hoy, lo siguen siendo.Tus manos estaban dañadas por tanto roce.Tus labios resecos, casi perdiendo el color rosado que reflejaban en Lima, la nublada.


No hallaba explicaciones  y tú no las quería dar, sino simplemente vivir.


Esta tarde,hay muchos trajes coloridos.Entre ellos priman los colores: Verde,negro,rojo,rosado y marrón.Recuerdo que te gustaba el azul,no obstante,llevabas con frecuencia el verde. Todos se protegen de la lluvia como siempre,yo no.
Yo quiero recordarte,recordar tu mirar mientras tomábamos esa taza con café  en pleno jirón deshabitado.Tu y yo,hacíamos que la soledad parezca buena compañera.
Jamás hubo compromiso alguno.

Me encontraste melancólica y no quería dar explicaciones;y tú muy fino al hablar, robaste mi sonrisa.Jamás pensé,en aquel entonces,perderte.No creí atribuirle, nuevamente, fe a mi transitar tan obstinado como egoísta.Cambiaste todo.

El cielo tenía diferentes colores y no parecía tener final, así qué decidí aventurarme contigo cada día y cada noche,remover nuestros horarios y seguir caminando descalza por la pista bajo la lluvia,por esta razón,cuando llueve te siento tan cerca como antes.
Quisiera quitarme los tacos y correr entre vidrios azulados por los sueños que se descubrían ser falsos.Estando contigo  si uno se rompía ,miles se volvían a reconstruir ,pero esta vez,eran verdaderos. Imagino que será por ello,que hoy me siento tan mal y muy inexistente al aire.

 Quiero que la lluvia ahogue mis penas por el maldito destino que nos dejó en diferentes lugares.Esa línea imaginaria que no me impide imaginarte,odiosamente, logra quebrarme en llanto. Así mismo hender lo prometido.

Todavía quedan sentimientos que expresar no sólo con mis palabras, sino con hechos.No quise que te alejaras,pero este capítulo  lo cerraron antes de escribir el final deseado.
No llegamos a descubrir lo que nos envolvía. Aún te echo de menos.

 
  No apto para insensibles. Si no aprendes a amar, no podrás jactarte de odiar.

jueves, agosto 11, 2011

Frío

No sé a qué mundo me metí.Mis manos ya no coordinan.La derecha está totalmente helada y la izquierda se esfuerza por mantener el calor.

Una taza con café,el acariciar a Zaina funcionaba.Voy perdiendo la esperanza de volver a mi estado natural.¿Qué me ha sucedido?Tal vez,no debí hacerlo.

Hurgando entre hechos recientes y también los pasados me vi envuelta en ello y no pude evitarlo.Trato de explicarlo y aún siento el frío en la derecha.¿Qué significa?

Acaso no puedo soñar,actuar libremente,lanzarme sin miedos a lo que vendrá.Acaso serás tú,nuevamente, quien me dirá que es tiempo perdido; que el sistema me opaque. Por enésima vez , me rebelé y lo hice.
Lo hice porque quise.

Noches anteriores me lo vaticinaron y no lo creí por mi absurda cobardía o la persona mojigata que pretendía ser.Las imágenes fueron borrosas al principio,pero ahora(hoy) se mostraron claras y no pude contenerme. Lamento si con ello pierdo ese pedestal; que me construiste en base a sofismas, que me enseñaste muy bien.

¿Porqué siento frío?
Será,que es la señal de que en verdad tenías razón.No debí involucrarme en algo tan sencillo para ti y tan complejo para mí.Convencida de que podía hacerlo:Hoy lo intenté.
Es que pienso: ¿Qué hay de malo en decidir por uno mismo?¿Qué hay de malo en ser voluble? Todos somos así o por lo menos lo fuimos, y muy intensamente.

No quisiera que me odies,pero si, ese es el resultado ¡Ódiame hoy! Expresa ese odio que muy callado guardaste todos estos años.Sé,comprendo que lo callabas porque la sociedad decía que el comportamiento del ser humano en tu condición debe reflejar dulzura y protección.Entre tanto odio al final te darás cuenta que esté frío, que se expande ya por mi brazo derecho, es tu mejor solución.
No,no quiero herirte.Sólo ser libre e intentar expresarte en estas líneas lo que jamás me dejaste decir.

Como todos los días tenías que irte y hoy no fue la excepción.¿Qué hacía yo?En casa limpiando y a la  misma vez aplicando lo enseñado: Fingir->Asentir->Callar.


Visitas prolongadas, que a estas alturas ya no tiene sentido mencionar los regalos abiertos para comprar tu alegría o por lo menos ver una sonrisa de esa familia "unida".Lo lograste por un buen tiempo.
Me enseñaste mucho y aprendí poco.En reiteradas ocasiones me hiciste conocedora de tu vergüenza,de tus frustraciones; y ahora último de tus deseos más ruines conmigo: Querer juntar la hiedra con el rocío.


Hoy pongo en duda tu ignorancia sobre la hiedra,pues cuando supiste, quisiste prolongar su existencia;y peor aún alimentarla a diario con el rocío a cuestas.Lo que se te olvida es que ese rocío fue mi llanto durante muchos años de silencio y ahora no quiero,me niego a seguir siéndolo.Te dejo.

Sin embargo,falta mucho que decir y espero comprendas lo poco o nada que te dije, día a día y noche tras noche, mientras de esperaba preocupada o imaginándote mi super héroe.


Ya no siento frío. Aquí hace mucho calor y estoy recordándote.¿Ella? Ella está bien,Gracias.


Fui la empleada perfecta,que hoy en día dices ser tú.

Cierto, los papeles se han cambiado al recuperar mi conciencia;más que recuperar, al empezar a expresarla tal cual.Sin miedos.
La Navidad solitaria en aquella habitación esperando tu llegada; y tú ocupada con tanto festín en la ciudad.Toda la tarde, llena de ilusión, haciendo los preparativos para que esa noche sea de tu agrado y veas nuevamente mi deseo de sorprenderte  quererte,protegerte y alegrar tus días.Fracasé,pues tú jamás llegaste o bueno sí llegaste;pero tarde.Todo había acabado ya.

Esas lecciones muy bien aprendidas que duelen,aún las recuerdo como si fueran de ayer.¡Ah! Son de ayer,qué tonta.

Ello a ti te daba vida y en realidad ,sí ,era posible. A tus ojos se dio muchas veces inconscientemente o quien sabe.


Deseos de protección desvanecidos a diario entre la oscuridad inexplicable con palabras;pero de haber mirado,lo hubieras comprendido a tiempo.
Perdón.Tú ,al igual como tantos otros,tampoco tenías tiempo.

Empiezo a sentir menos frío a pesar de que hace unos minutos todo mi cuerpo se congelaba.¿Qué sigue?
Lo sé.Mi cierre final.

Ya estoy dejando de sentir frío,ya falta poco para sentir el calor nuevamente(imagino).Espero que allá, si tengan tiempo para oírme.De antemano, sé ,que te voy a  echar de menos y créeme que no confío para nada en esa hiedra que elegiste nuevamente.

Sucede que yo no encontré ese camino de subsistencia y de alegría constante hasta hace tres días.No obstante; siento que no la merezco,pues no podré protegerla. Aún siendo yo consciente del más grande de los daños. Por eso; me la llevo conmigo para que no me la arrebaten, ni tampoco, puedan lastimarla.





Escribir lo que se leerá a destiempo, implica mayor aliento.


Absurda paradoja de la vida.Irónico final que desvanece a cada palpitar disminuido  Siento que mis esperanzas crecen como aquel polvo que logra transportarte a una posible solución.Elijo,la mejor opción siempre,quizá hoy me equivoqué. 

                                                                                                                Nisha.



Siempre peleando y un sólo final: Mi adiós. 

martes, agosto 02, 2011

Soñé que me Querías

El encuentro fue impreciso. Entre reclamos que estaban fuera de lugar para ambos. Negabas cada hecho que me obligó a destruir aquel puente de amistad que se iba formando.

Tus ojos ahora sí parecían tener un rumbo, un objetivo, un tema a tratar. Por mi parte fingía prisa para no hacer más larga la conversación. Quería  evadirte y seguir con ese plan estratégico al que llamé calma. Eso busqué conseguir y ya parecía funcionar, pues tomé un camino poco seguro para el corazón y el ideal para la razón. Sólo fue eso , ideal.

Mientras te miraba interesado en platicar ¿NO SÉ, DE QUÉ? parecía que esta vez sí tenías tiempo, tiempo que alguna vez nos faltó o no quisiste compartirlo conmigo.

Pensé mucho en ti y cada vez que lo hacía terminaba recordando la última plática y los últimos sucesos; sobre todo ese día que me demostró infaliblemente que para ti no significó nada  mi presencia  o el haberme conocido no fue suficiente para que amaras la vida.

Me sentí fatal. Espere una explicación y no la diste. Francamente esa explicación no existía, sólo me quedaba aceptar la verdad tal cual.

Insistías, ahora, en salir a comer algo mientras me iba al trabajo o no sé qué te inventé; pero una vez más caí y lo acepté. Entonces tomaste mis manos, me miraste unos segundos quizá y me abrazaste de repente. Yo lo entendí como agradecimiento.

Caminamos por muchos parques cada uno más bonito que el anterior. Me preguntabas sobre cómo estaba, qué había hecho, mis planes y finalmente ¿Ya no me quieres?

Al escucharte, recordé ese juego que siempre hacías y yo caía frecuentemente. No te respondí.

Me disponía a bajar las gradas de aquel lugar encantador e irme a casa o el trabajo cuando en ello me abrazaste por la espalda diciendo: “YO SÍ”.
No supe que decir. Me resistía todavía a otorgarte nuevamente el permiso para dañarme o lo contrario, que era mucho más improbable.
Llegamos hasta un pasaje guiada por ti. Ya conocías ese nuevo lugar lleno de naturaleza. Los rasgos de la ciudad desaparecían poco a poco y con ellos mi posibilidad de regresar a casa. Esa idea o realidad anticipada parecía agradarte y no me soltaste las manos. Decías esas frases que siempre imaginé pero que no te creí capaz de hacer, decir algún día.
Cansada estaba de tu juego mezclado con el del mundo, el que tú llamas sistema.

Aquel instante fue encantador, confiable y tardío pues ya tenía que irme. Sugeriste un camino para llegar más rápido. No sé cómo voltee a verte; y me besaste. El sol desapareció, el pasto se hizo río, los árboles edificios, las flores personas y el permiso que ya ibas firmando en ladrón, muy golpeado y buscado, por las tantas veces que lograste confundirme.

Gozabas con ello mientras yo una vez más armaba este mundo que creí tú conocías y algún día me lo mostrarías como hoy.

Nada había cambiado. Todo fue parte de un sueño. Aquel sueño que no conocerás pero que destruirás inconscientemente.
Desperté y no había más nada que el sonido de la alarma del celular y en las noticias la alerta de tsunami. “Vaya Casualidad”