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viernes, junio 21, 2013

Te seguí con la Mirada

Después de leer mis mensajes y de que no fuiste capaz de acercarte y despedirte con el beso no acostumbrado,pero sí apropiado para el momento, te alejaste con la sonrisa irónica de siempre junto a tu trato sarcástico de a veces.

Quizá te interesaba e incomodó saber que, el remitente de los mensajes sabor a cielo, no fueron escritos por ti. Frente a ti  me vi respondiendo a tus gestos con la sonrisa del adiós y en los labios la frase repetida -  "No cambias"  - Te di la espalda y caminé sin voltear hasta llegar a los 86 pasos.Entonces me detuve y direccioné la mirada hacia atrás, fue tan exacto el ángulo en el puente y tan lento tu voluntad al caminar que pude verte sólo a ti. Ibas hacia adentro, desanimado y sin voltear . Supongo que mientras yo me alejaba te quedaste suspendido en el tiempo y clavado en la puerta. Ha pasado antes que el papel fue inverso, lo sé porque lo sentía hace tiempo.

Vi tu espalda perfecta para mi gusto, noté que te faltaba más cabello, que tu cabeza es pequeña y tu ego se encontraba un poco bajo, casi como un ser normal a lo que recordaba. Avanzabas lento y seguía mirando, esperando a que te des vuelta para volver de pronto, sin explicación, y decir ¡Hey, qué pasa!

Llegaste al túnel de poemas, mi visión seguía óptima , me llegó a sorprender. Fue entonces que te detuviste, tal vez a pensar sobre la decisión tomada .Mientras yo iba creyendo que voltearías, una de mis piernas iba pisando la escalera anterior. Sin embargo, los segundos se acabaron y doblaste en perpendicular para seguir tu camino. Volví en Sí.

18 pasos más, ya un poco más arriba, no pude evitar volver la mirada y nuevamente  di contigo. Caminabas solo, sin mirar a nadie, sin chocar con alguien o algo. Fui yo la que te observaba y dejé que caminaras lejos porque la decisión, ésta vez, tenía que ser tuya.

Llegaste al muro decisivo y no sé ni pude ver si tomaste el cuarto de cristales (producto del llanto) donde habita el mutismo , porque ya no hay más que decir. O si tomaste la ruta de la soledad e indiferencia, el camino que ya seguías.

La gente comenzó a empujarme y presionar al siguiente paso de partida, tuve que irme.
Desde aquella tarde no te he visto, y jamás sabrás que te seguí con la mirada hasta el último momento.

Hoy puedo saber que las escenas siguen intactas porque estoy aquí deseando poder verte.



Conociendo al Dragón

A ver si intento de nuevo observar el dragón y a todo el fuego en su boca.
Su agudeza me aguarda en silencio, sigue esperando la mirada mía.
No de reto , sino de afecto y quietud.

La búsqueda de complicidad no en sentimientos , sino de conocimiento.
Ese verbo infinito que envuelve la historia y los tantos documentos que nos darán veracidad en cada conversación hasta ahora imaginada.

Él ha cortado  sus cabellos y ahora luce más seguro en su tentativa por hablarme.
¿Llegará el día en que sólo deje de pasar?

¡Háblame!
Cuéntame lo que sabes y lo que no también.
A cambio te he de recordar, despertar y crecer tu lado humano.
Esa cualidad que cultiva conocimiento o saberes para el fin colectivo.

Cuando ello ocurra seremos los personajes que no olvidaron su barrio de origen, sus temores a no saber nada de la vida y sus implicancias, los que amaron las enseñanzas y otras veces las  matábamos en pensamiento.

¿Llegará el día en que sólo dejes de pasar?

¡Háblame!
Ahora que estoy dispuesta a  escuchar y mi cabello sigue siendo castaño oscuro puramente.
No esperes a que el tiempo te de la oportunidad  y proximidad exacta. Éste es el momento para conversar y conocernos más , lejos de las miradas.

Algo más intenso, algo más profundo  y mucho más reflexivo que eso hay en nuestra naturaleza;
mañana sólo habrá silencio y tanto cabello como pestañas han de faltar.




jueves, junio 20, 2013

El Recuerdo de un Amigo

Después de  tiempo he vuelto a ver a mi mejor amigo, serán meses o semanas o quizás sólo días de haberle echado de menos, y hoy, pude verle.

"Amigo, mejor amigo. Has de ser el recuerdo constante en mi mente."

Sus pasos eran dudosos y la mirada estaba atenta. Atenta, pero a los enternados fue a quien miró. Será que no notó mi colorido vestido con puntos negros que son símbolo de los tantos secretos compartidos y el crema oscuro, símbolo del color de mis ojos y la negra miel de sus consejos.

Le echo de menos, y eso no es un secreto. Sin embargo, los días de lluvia han vuelto y no hay pañuelo que pueda con él, porque también estamos en invierno. Aunque ésta estación recién empiece yo  la he sentido desde  aquella quincena abrileña, y es que la leña se acabó en los días siguientes a tu confesión.

No pude con ello, no pudo sostener el fuego de su protección hacia mí y fue dejando vacíos para el ingreso de espinas y ácido en la piel. Mientras yo iba sumergiéndome en la culpa de no saber comprenderle, pero no era así, simplemente el cielo comenzó a oscurecer su mirada y sus acciones fueron dolorosas en pleno fallo de comunicación.

Hoy he observado que mi preocupación juguetona de entonces ha perdido su valor, sigue con la misma contextura y seguridad oportuna. Imaginé que me vio primero y no quiso hablarme, pero yo seguí mirándole y él no volteo. Me mantuve de pie cerca de él hasta que observé  a mi grupo de trabajo dirigiéndose a la sala de grabaciones, fui corriendo hacia ellos como escapándome de su ignorancia a mi existir.

Ha sido inútil, sigo recordando todo desde el principio como flashback de cortometraje.

miércoles, junio 05, 2013

Mirar por la Ventana

Son minutos que tienes la ventaja de ser tú el observador , sintiéndote casi dueño del panorama bajo tu vista.  Se observan las casas en diferentes diseños, unos pequeños y  otros demasiado grandes y si ubicaste un punto clave de visión puedes observar tu casa o por lo menos la imaginas en ese momento y dices
"Ahí está mi casa, sí por ahí, por los árboles ¿lo ves?

Desde ahí se ve más práctico los caminos a seguir, hasta a veces sientes o piensas que es adecuada la ubicación de cada cimiento  en el suelo y  funcionalidad establecida en los emprendedores o soñadores.
No pensabas lo mismo cuando estabas abajo, cuando tú eras el observado.

El aire golpea suavemente tu rostro, no incomoda, te agrada y es que complementa a tu emoción de sentirte importante. Allí en tu ventana, mirando  a las casas, personas, animales, buses, parques, tiendas y la persona que te gusta (tal vez si tienes suerte) como si fuesen los integrantes de tu maqueta cuasi perfecta.

No eres el dueño de ella, simplemente los peldaños hacia la ventana tuya se forjaron en billetes de apariencia y en valor sólo hay falsedad, mientras entre tus observados la minoría cultiva humildad armando cada peldaño con Dignidad, la misma que cuando estén en su ventana les hará recordar que su naturaleza no es egoísta ni altanera.

Otros alzarán la mirada y harán lo mismo que tú para aniquilarte con la mismas herramientas que usaste.
Sientes temor , y entonces la ventana se quebró, no mirarás más por ella.



Noche Oscura

Y llegada la noche tener que dormir. El cuartelero me avisa no dejar la luz encendida , y es que ya casi nadie recuerda que las noches sin luz me aterran. Me hace  recordar, tocar, sentir y vivir  parte de la tristeza de cuando niña mis lágrimas iban cayendo esperándola a ella.

Hoy caminé deprisa , muchas personas a mi paso me vieron sonreír sin razón aparente y alguna de ellas me deseaba buena suerte para el tan ansiado reencuentro.

El sol quemaba las ganas, recuerdo que casi resbalo en el camino hacia ti, pero no importaba. El objetivo ésta vez  era encontrarte, descubrir que más allá de las lágrimas  hay otra percepción de la vida, de los hechos acaecidos y por más dolorosos que fuesen siempre hay algo hilarante y  ridículo del qué o cual hacer mofa o comicidad gratuita a montones.

Dichas con tus palabras "tiernas" se puede conocer que de la tristeza  hay quienes se aprovechan ; y es por ello, que con tu dureza tratas que termine teniendo esa fuerza para cuidarme sola.

Tus palabras y hasta el tono de tu voz se fue haciendo desconocido y en exceso confianzudo. Pensé " ¡Qué le pasa! , quiere que me decepcione, si es así vaya que lo está logrando".
Tú, mi querido amigo, seguías sonriendo dulcemente mientras ambos observamos el río crecer.





Dónde las memorias se hicieron fuertes.


















Donde han conservarse los temas expuestos a la naturaleza.














Deseos de olvidar

Definitivamente quisiera olvidar las horas de la noche de ayer martes, pero no todas, porque así como hubo sinsabores también se manifestaron las buenas intenciones en la luz de la amistad. 

He divagado por mi mente entre pensamientos certeros, lacerantes, confusos y claros; todo con la intención de encontrar el optimismo.

Ayer me hicieron recordar a una amistad pérdida hace algunos meses, me aconsejaron que vuelva hacia él y ese mismo consejo fue la gota que llenó el vaso de resentimiento. Hoy he visitado sus medios cercanos y he comprobado una vez más que no necesito de él como tampoco me necesita.

Hay decisiones difíciles de mantener en pie sin volver a la página anterior, para ello existe la retroalimentación.

Tal parece que alguien está más alimentado mientras otros sólo viven de las sobras. 
No sé si me entiendan, tampoco busco ello (No ahora), sólo quiero convencerme a mi misma que una vez que algo se ha roto no se puede componer, y de que si hay amistades duraderas no quiere decir que un día no se vayan a romper.  Así como el tiempo debilita la piel marcándola fielmente a diario hasta dejarla sin gracia puede un amigo lastimarte más que un enemigo con su ignorancia .  No existe la ambigüedad en mi forma de ser y con mis amistades tampoco, por eso exijo lo mismo y de no ser así , debo hacer como en diciembre. Voltear las páginas del libro ya releído por muchos hasta finalmente cerrarlo. 

Mantenerlo así, ayer me hizo resquebrajarme y hoy busco levantarme con ideas mucho más fuertes para mantener su cerradura en el tiempo que me queda.



sábado, junio 01, 2013

Lo Intentaré Mañana

Fue un día agitado, Nadia no pudo completar los ingredientes para la cena. Entonces llegó la familia, observaron la casa en silencio, cruzaron sólo algunas palabras y acordaron ir a cenar . A lo que Nadia respondió "Espérenme, me pondré una casaca". Ellos se fueron adelantando.

Ya lista, al cerrar la puerta cayó en cuenta que habían dejado el televisor encendido, volvió a entrar y lo apagó más el botón no respondía y seguía encendido, insistió y logró que pareciese apagado unos segundos pero luego volvía a encenderse. Algo asustada volvió a presionar y el televisor no respondía a su demanda de apagado, entonces lo desenchufó. Al cerrar con llave la puerta escuchó que se había vuelto a encender. No quiso indagar más por miedo pues no encontraba explicación razonable al evento.

Volvió su vista hacia la calle y no estaba ninguno de sus familiares (Papá , mamá y enamorado), pensó que ya estarían en el coche  por el portón, y caminó tranquila hacia el. Iba llegando al portón cuando constató un carro extraño muy grande y tenía apoyado una especie de triplay a ambos lados. Ella intentó pasar de costado, era realmente incómodo pues su casaca preferida se iba ensuciando y desgarrándose en el intento. Sin embargo siguió porque ya iba retrasada a la cena con los seres que quería . Además  por alguna extraña razón esa noche no le criticaron su desgano o poco talento en los quehaceres, eso le ponía entusiasta porque aumentaba su esperanza de que podía ser mejor mañana.

Faltaba poquito para terminar de pasar por el carro grande, cuando en ello oyó las voces de sus familiares diciendo "¿Qué pasa ?" Se dirigían sus padres a su enamorado que estaba en la puerta de su casa tocándose la cabeza como si estuviese mareado o a punto de desmayarse. El papà de Nadia pidió que se quedase ahí a su mamá, que él hablaría con Leonardo.
"¿Hablar, de qué?" - Dijo Nadia.
La mamá volteó hacia ella y dijo casi mirándola: "No pensamos que fuera serio, siempre creí que tu papá exageraba y que tú podías hacerle feliz y míralo ahora. No sé qué hacer o decirle"
- A lo que Nadia respondió - " ¿Mirar qué, le pasa algo?, quiero ir pero ya estoy casi por terminar de pasar este carro que por cierto no sé de dónde salió o de qué vecino es ¿Tenemos vecinos nuevos?"
Mientras la mamá siguió: "La casa sigue siendo la misma con sus cosas y ..."
-Nadia interrumpió- "Sí, lo siento, hoy estuve extraña. Justo ahora acababa de salir cuando me percaté que la tv la dejaron encendida e intenté apagarla, pero ni eso pude concretarlo. Discúlpame.
¿ Cómo llegaron hasta aquí con este tremendo carro en medio?, yo no los vi volver ni pasar por aquí, ¿Dónde estaban?"

Volvió su padre abrazando al muchacho y a la misma vez dándole palmadas en la espalda como si fueran de apoyo. Nadia se alegró porque esa escena nunca la había visto entre ellos, segura estaba que Leonardo le contaría qué pasó en la tarde que le puso mal mientras ella le esperaba en casa.

Frío, desconcertante y doloroso fueron los siguientes segundos para Nadia, pues sus padres y Leonardo subieron al coche que a ella le cortaba paso y le había dejado casi atrapada, arrancó el motor y se fueron sin ella. Ya suelta comenzó a gritar "Ey!, estoy aquí, ¿Por qué se comportan así? , no fue para tanto, mañana lo haré mejor".
No volvieron.

Quiso llorar pero no habían lágrimas, se sentía ligera y volvió a casa muy apenada por lo sucedido, pensó que debió empezar por la buena noticia  para que no se fueran.  El televisor seguía encendido con la novelas de mamá, la luz era amarilla y las habitaciones muy  bonitas. Se dirigió al cuarto que compartía con Leonardo y se acostó   pensativa en su cama.

Después de mucha espera, ellos regresaron (oyó las voces). Leonardo ingresó a la habitación , miró la cama y se acostó encima.
Ella lo miraba silenciosa acariciando sus cabellos y le decía "Lo siento, mañana lo haré mejor. Me esforzaré, y más ahora que seremos padres".
Leonardo lloró apoyándose en la almohada y dándole la espalda a Nadia. Ella quiso tocar su espalda más no pudo, sólo observó que él tenía  un porta retrato entre sus manos; era la foto de su boda y debajo una nota que decía :
"Siempre te recordaré, pero hoy Dios ha querido llevarme, es sólo un paso no todo el camino juntos"
                                                                                                                                     Nadia.