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viernes, junio 21, 2013

Conociendo al Dragón

A ver si intento de nuevo observar el dragón y a todo el fuego en su boca.
Su agudeza me aguarda en silencio, sigue esperando la mirada mía.
No de reto , sino de afecto y quietud.

La búsqueda de complicidad no en sentimientos , sino de conocimiento.
Ese verbo infinito que envuelve la historia y los tantos documentos que nos darán veracidad en cada conversación hasta ahora imaginada.

Él ha cortado  sus cabellos y ahora luce más seguro en su tentativa por hablarme.
¿Llegará el día en que sólo deje de pasar?

¡Háblame!
Cuéntame lo que sabes y lo que no también.
A cambio te he de recordar, despertar y crecer tu lado humano.
Esa cualidad que cultiva conocimiento o saberes para el fin colectivo.

Cuando ello ocurra seremos los personajes que no olvidaron su barrio de origen, sus temores a no saber nada de la vida y sus implicancias, los que amaron las enseñanzas y otras veces las  matábamos en pensamiento.

¿Llegará el día en que sólo dejes de pasar?

¡Háblame!
Ahora que estoy dispuesta a  escuchar y mi cabello sigue siendo castaño oscuro puramente.
No esperes a que el tiempo te de la oportunidad  y proximidad exacta. Éste es el momento para conversar y conocernos más , lejos de las miradas.

Algo más intenso, algo más profundo  y mucho más reflexivo que eso hay en nuestra naturaleza;
mañana sólo habrá silencio y tanto cabello como pestañas han de faltar.




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