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lunes, mayo 19, 2014

Mujer, factor de riesgo

Ser mujer es un factor de riesgo permanente. Es una amenaza perenne en todos los sentidos. Por ello de donde venga se reconoce el valor de quienes la superan y más si lo logran sin tener el apoyo correspondiente. 

Sobre la estética ella se manifiesta cada vez más abrumante y  a veces silenciosa. ¿Cómo describir este momento? Miedo y dudas lógicas del porqué. Por qué el simple hecho de ser mujer nos pone estas adversidades fijas, qué tal ironización o sarcasmo de género. 

Estos minutos o segundos tal vez sean los últimos de posible tranquilidad futura. No sé que pase, no sé los designios de vida que puedan esperarnos como mujeres, sólo sé y siento que prima la injusticia o el excesivo rendimiento de cuentas al creador. Todo por una manzana, todo por querer que el varón razone y vea más allá del conformismo,todo por ser ambiciosas y tener el privilegio de soñar en grande o creer que todo se puede mejorar para más.

¿Así fue Edén? No lo sé, siempre lo he imaginado. En estos momentos estoy enojada, dolida y con temor después de tanto tiempo.
¿Por qué? , porque hace dos días parecía una humana más viviendo el día a día como muchos. Trabajando, estudiando , escribiendo, mensajeando por móvil, chateando por Gmail o Facebook, deseando poder comprarme una bicicleta a fin de mes o aquella máquina infalible de abdominales, queriendo cenar en La Rosa Naútica todas las noches, programando mi próximo viaje a Santiago de Chuco, separando un día para mi madre y me acompañe en ese viaje, realizando notas informativas para el noticiero de TV universitario, organizando a un grupo de Investigación en Marketing y preocupándome por no llegar a descubrir actos de corrupción en los municipios por el hecho de ser estudiante ahora y mañana ser nuevamente mujer, la más vulnerable.  Hoy todo eso cambiaría si  ella topara conmigo, bruscamente o suave, igual me lastimará y me molesta que no podré evitarlo ni contándole las historias de mi blog que pocos leen.

No reniego de mi género y menos de Dios, sólo ahora siento que están desvaneciéndose muchas metas,siento que el dolor crece cuando me vuelvo más práctica que sensible. Me es inevitable recordar el consejo de la tarde de ayer mientras iba en la combi "Debes vivir, qué sentido tiene el trabajo y los estudios si no son para disfrutar cada día aquí en la tierra. Eres joven, aprovecha" y  este otro de un taxista "Si yo tuviese la edad tuya, me iría de viaje por todo el Perú y luego probaría lo internacional, pues vivir en cuatro paredes de oficinas o dormitorios no tiene sentido a la larga, porque no te hacen feliz, siempre queda un vacío".  Mis sabios consejeros, temo decirles que probablemente hoy tengan más razón que ayer. 

(Continuará con desenlace)

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