Seguidores

jueves, enero 29, 2015

¿Tú me piensas?

Te conocí un mañana en la que mi voz se iba apagando poco a poco y dolorosamente.Mi cuerpo estaba cubierto por telas suaves y pesadas a la vez. Tú, ibas sellando y firmando papeles para los visitantes, estrechabas el brazo de cada uno con tal seguridad y energía,que indudablemente llamaste mi atención, luego los dejabas ir pausadamente con la tranquilidad en su corazón.Tus consejos producían efecto tan solo al pronunciarlos. Así, así,así también te metiste en mi mente, y te he arrastrado a mis mejores sueños sin proponérmelo ni tú saberlo.

Desde aquellas horas que nuestras vidas se cruzaron y el rostro mío se cubría bajo el telar te he llevado conmigo -supuse al inicio- porque me dejaste tareas, las hice todas. Ahora estoy dudando. A veces pienso que deberías saberlo, pero cómo te ubico de nuevo, y si lograse verte,cómo te explico lo sucedido. Cierto, existen las redes sociales hoy en día, de hecho ya te tengo allí, pero no es igual a aquel día.  

Dicen por ahí que existe el amor a primera vista, jamás me lo he creído, pero ya me diste alegrías inmediatas con sólo imaginarte otra vez cerca, ya sea para reprenderme que hice mal las tareas o para enseñarme sutilmente una a una, sin prisa. Y esta vez no estreches solo mis manos, ¿Ya ves, qué  cosas  pienso desde que nos vimos?

Has conmocionado mis pensamientos, sentimientos y juicios, por única vez he sentido necesidad de retroceder en el tiempo (con todo lo ya conocido), para así, hacer eterno ese primer encuentro.

Excusas sobran para quedarme frente a la pantalla del monitor o celular viendo tus fotos. Me complace verte siempre sonriente con tu entorno familiar y otras en el trabajo, te veo disfrutar esos momentos, me impulsas a lograr similar tranquilidad. 

No sabía si era admiración lo experimentado hasta que comencé a cuestionarme sobre el porqué de darte espacio en mi agenda sin  haberlo solicitado, y más aún, si no sé más de ti y sé que estoy prometida. Ante cualquier situación enigmática de mi relación repito "Si él es feliz, yo también lo seré", ahora reflexiono si con él puedo ser feliz de verdad.

No me agrada la dicotomía emocional que has originado y apelo a que respondas si tú piensas en mí.Ya debo elegir.





miércoles, enero 28, 2015

Se nota

Alardeas, solo alardeas frente a ese vano grupo que te rodea. 
Reconozco tu mirada en cualquiera de sus formas jactanciosas, eres siempre simple de resolver.
Hoy te has armado de valor entre la espuma que te rodea y te dirigiste a mi sensibilidad queriendo parecer candorosa, olvidas mi nombre señorita.  

Se evidencia en tu tono de voz que poco te importan mis miedos, y si  hay o hubo llanto en mis ojos aquella tarde, si me cuestionas ahora es porque te quedó pendiente devorar mi silencio.

Se nota que no me quieres ni en la misa, pero no entiendo porqué tus reiteradas invitaciones a ellas, ¿Crees que soy más pecadora que tu humilde corazón? 
Tal vez sí, tal vez no.

Se percibe en tu andar y revoloteos de cabello que tu seguridad femenina no va al mismo ritmo que tus piernas. Observas endemoniadamente a quien te interrumpe el paso y cuyos cabellos se agitan solos, movidos por el aire. La naturaleza es invaluable.

Tu boca es grande y tus labios gruesos. Escuché alguna vez,en una disciplina estudiada, que una señorita con esas particularidades seduce, contigo mi estimada coleguita, me entran las dudas. Esas que no tardan en convertirse en aciertos. 

Sé que sabes que anduve por esas calles con las manos vacías y el rostro abatido, lo sé porque pasaste por mi lado fingiéndote ciega y hasta sorda. Entonces, ¿Por qué parece preocuparte mi estado hoy en  día?

Los varones van y vienen, no los considero prioridad, y, el no comprenderme enfurece a tus encantos. Los conoces años, yo apenas días, ¿Se supone que debo pelear por ellos? porque sino, no tardarías en pensar que te estoy desestimando como mujer.

Estalla de una vez estrella enajenada, dale oportunidad a que tus luces sean reales en una cruda , educada y honesta conversación sobre nosotras. Sobre lo que nos une y nos separa,hasta que finalmente reconozcas que sencillamente somos diferentes. No tenemos porqué odiarnos ni maltratarnos  de ninguna forma. No es mi firma la violencia o el susurrar en callejones que parecen, sólo parecen, resplandecientes cuando hay de dónde coger. No me complace ni me apetece esas tendencias sociales.

Somos mujeres, razón suficiente para estar en el mismo bando sin necesidad de oscurantismo en nuestro proceder.