Te conocí un mañana en la que mi voz se iba apagando poco a poco y dolorosamente.Mi cuerpo estaba cubierto por telas suaves y pesadas a la vez. Tú, ibas sellando y firmando papeles para los visitantes, estrechabas el brazo de cada uno con tal seguridad y energía,que indudablemente llamaste mi atención, luego los dejabas ir pausadamente con la tranquilidad en su corazón.Tus consejos producían efecto tan solo al pronunciarlos. Así, así,así también te metiste en mi mente, y te he arrastrado a mis mejores sueños sin proponérmelo ni tú saberlo.
Desde aquellas horas que nuestras vidas se cruzaron y el rostro mío se cubría bajo el telar te he llevado conmigo -supuse al inicio- porque me dejaste tareas, las hice todas. Ahora estoy dudando. A veces pienso que deberías saberlo, pero cómo te ubico de nuevo, y si lograse verte,cómo te explico lo sucedido. Cierto, existen las redes sociales hoy en día, de hecho ya te tengo allí, pero no es igual a aquel día.
Dicen por ahí que existe el amor a primera vista, jamás me lo he creído, pero ya me diste alegrías inmediatas con sólo imaginarte otra vez cerca, ya sea para reprenderme que hice mal las tareas o para enseñarme sutilmente una a una, sin prisa. Y esta vez no estreches solo mis manos, ¿Ya ves, qué cosas pienso desde que nos vimos?
Has conmocionado mis pensamientos, sentimientos y juicios, por única vez he sentido necesidad de retroceder en el tiempo (con todo lo ya conocido), para así, hacer eterno ese primer encuentro.
Excusas sobran para quedarme frente a la pantalla del monitor o celular viendo tus fotos. Me complace verte siempre sonriente con tu entorno familiar y otras en el trabajo, te veo disfrutar esos momentos, me impulsas a lograr similar tranquilidad.
No sabía si era admiración lo experimentado hasta que comencé a cuestionarme sobre el porqué de darte espacio en mi agenda sin haberlo solicitado, y más aún, si no sé más de ti y sé que estoy prometida. Ante cualquier situación enigmática de mi relación repito "Si él es feliz, yo también lo seré", ahora reflexiono si con él puedo ser feliz de verdad.
No me agrada la dicotomía emocional que has originado y apelo a que respondas si tú piensas en mí.Ya debo elegir.
Desde aquellas horas que nuestras vidas se cruzaron y el rostro mío se cubría bajo el telar te he llevado conmigo -supuse al inicio- porque me dejaste tareas, las hice todas. Ahora estoy dudando. A veces pienso que deberías saberlo, pero cómo te ubico de nuevo, y si lograse verte,cómo te explico lo sucedido. Cierto, existen las redes sociales hoy en día, de hecho ya te tengo allí, pero no es igual a aquel día.
Dicen por ahí que existe el amor a primera vista, jamás me lo he creído, pero ya me diste alegrías inmediatas con sólo imaginarte otra vez cerca, ya sea para reprenderme que hice mal las tareas o para enseñarme sutilmente una a una, sin prisa. Y esta vez no estreches solo mis manos, ¿Ya ves, qué cosas pienso desde que nos vimos?
Has conmocionado mis pensamientos, sentimientos y juicios, por única vez he sentido necesidad de retroceder en el tiempo (con todo lo ya conocido), para así, hacer eterno ese primer encuentro.
Excusas sobran para quedarme frente a la pantalla del monitor o celular viendo tus fotos. Me complace verte siempre sonriente con tu entorno familiar y otras en el trabajo, te veo disfrutar esos momentos, me impulsas a lograr similar tranquilidad.
No sabía si era admiración lo experimentado hasta que comencé a cuestionarme sobre el porqué de darte espacio en mi agenda sin haberlo solicitado, y más aún, si no sé más de ti y sé que estoy prometida. Ante cualquier situación enigmática de mi relación repito "Si él es feliz, yo también lo seré", ahora reflexiono si con él puedo ser feliz de verdad.
No me agrada la dicotomía emocional que has originado y apelo a que respondas si tú piensas en mí.Ya debo elegir.



No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo leíste lo comentas...mejorar no tiene precio.