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sábado, julio 20, 2013

Ayer Dormí Contigo

La planta de mis pies  iban sintiendo el calor aún en plena lluvia de medianoche. 
El taxista olvidó mi vuelto y yo no quise reclamar, sólo deseaba descansar.
La moto avanzaba mientras mis párpados caían voluntariamente al sueño, un tropezón muy fuerte logró despertarme y ver que ya estaba frente a casa. Frente a aquel árbol bajo cuya tierra yace el cuerpo de dos seres importantes para mi alma. Los recordé una vez más, ayer que sólo deseaba reposar.

Cada escalón de las gradas en frío y húmedo cemento parecían querer camuflarme en su forma, he pasado antes por la misma situación pero siempre he logrado salir de su dureza en verano. Anoche yo sólo quería dormir y estuve a punto de caer en el charco plomo, de no ser por la figura de Mino hoy sería el soporte de otros pies y no de los míos.

Al abrir la puerta la madera crujía como cuando el corazón se hace trizas y sólo llora o se sumerge en el silencio. El pasaje estaba oscuro porque ayer la luna no salió y no alcanza para el foco, mis pies chocaron con el ladrillo caído del techo, no me consolé. Seguí caminando con el dolor y  la sospecha del sangrado a cuestas. 

Las llaves de mi cuarto estaban torcidas como advertencia que no debía entrar, no me importó e insistí hasta lograrlo porque mi cuerpo necesitaba amodorrarse. Luego de la cena silente los oídos me dolían, la garganta quería beber pero terminó seca e incómoda, mis manos sintieron frío extremo porque el guante que los cubría se extravió en otras manos.

Debí cerrar la puerta tras ingresar, pero mi pie herido me llevó a la cama pequeñita pequeñita cayendo profundamente dormida. El calor volvía a mi cuerpo, mi piel se volvía tersa nuevamente, mi pie se sentía aliviado y jugueteaba con su par, la sombra de mis pesadillas de anteayer no vino por mi, tampoco la mala peinadora que me dolía los cabellos y la fiebre que comenzó desde terminar la cena no llegó a sus 39. 
Estaba mis sábanas acomodadas precisamente a mi medida sintiéndome cómoda como antes de mudarme.
Sori no vino a casa, ¿Quién sería el autor de semejante placer?

La canción hindú "Dios Lo Sabe" me despertó de madrugada, estaba sola , la puerta y cortinas  abiertas. El temor junto a las sensaciones de dolor volvieron conmigo de inmediato, y es que anoche yo sólo quería dormir, lo había logrado.

Ya falta poco para medianoche, pienso que anoche dormí contigo y espero encontrar otra vez a mi deseo hecho realidad.

¡Buenas noches!

4 comentarios:

  1. muy bueno , algunas cosas que pulir pero vas por el camino. felicidades

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  2. Muy bueno amiga logró transportarme a aquellos tiempos donde pasábamos
    buenos momentos en tu casa.

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